Ruta de senderismo circular.
Distancia
total recorrida: 13 kms.
Desnivel acumulado: 870 metros (de subida y también de bajada).
Grado de dificultad: Difícil (por la corta pero muy fuerte pendientes de subida y la bajada por no haber sendero definido y de serlo en su segunda mitad, con mucha piedra, a veces escalonado).
Tiempo total: 7 horas con paradas mínimas y almuerzo.
Se recomienda hacerla en el sentido de las agujas del reloj, principalmente porque la subida más empinada no es pedregosa (es de tierra y yerba baja) y porque de hacerla al contrario, es más difícil visualizar el sendero pedregoso e interminable hacia arriba a veces muy pendiente y escalonado.
Imprescindible buen calzado de montaña.
De vez en cuando ve mirando hacia atrás, las vistas prácticamente en todo el recorrido son espectaculares.
Parte esta ruta desde el Centro de Interpretación de la Espeleología en
Montejaque (Málaga), callejeamos un poco por el pueblo de bajada hasta llegar a
la Ctra. MA-8402 (carretera con tráfico estrecha sin arcén), iremos pegados a
la derecha ya que al otro lado no hay arcén ni espacio. Es un kilómetro por
carretera, llegamos pronto a la población de Benaoján que la cruzamos por su
calle principal hasta llegar a su Ayuntamiento y la Parroquia Nuestra Señora
del Rosario, giramos a derecha y callejeamos de subida entre calles muy
estrechas que nos sacan de la población hasta cruzar la Ctra. MA-8401. Al otro
lado vemos un panel informativo, por este sendero llegaríamos a los Llanos de
Líbar.
Cogemos el sendero de ascenso suave, llegaremos a una valla cerrada que pasaremos por la izquierda, a pocos metros otra valla que podemos abrir (y dejamos cerrada), para entrar en un sendero de suave subida y después a un camino de tierra en buen estado. Vemos a la izquierda el cortijo de Pozuelo y algunas vacas sueltas, más adelante veremos un nacimiento de agua, un pozo y pilas de agua hechas de piedra.
Dejamos el camino y cogemos un sendero de subida, llegamos a un camino empedrado y con pequeños escalones “Escalera Árabe” que subimos y después se hace de nuevo sendero. Más adelante se bifurca el sendero, nosotros a la derecha (a la izquierda sería para ir a los Llanos de Líbar).
Llegaremos a una alambrada, la pasamos por un paso por valla y seguiremos ascendiendo pegados a la alambrada, terreno con muchas piedras y escalonado, hasta que giramos a derecha para acometer una “muy fuerte pendiente de subida” por un terreno liso de tierra y yerba baja. Una vez hemos terminado esta subida, giramos a izquierda y emprendemos otra subida esta vez por un sendero pedregoso de subida más suave. Más arriba giramos nuevamente a izquierda y ya vemos nuestro objetivo, el Pico Ventana, hemos de ir sorteando las grietas del suelo pedregoso hasta acometer la última y pequeña subida escalonada para llegar a la cumbre.
Desde aquí se puede decir que estamos ante un “mar de piedras”, al principio de
la bajada el suelo de piedra está resquebrajado y "resbala", un poco
más abajo apenas se ve pequeños tramos de sendero, hay que improvisar, sortear
grietas y piedras angulosas, vegetación alta en algún lugar.
Aproximadamente la segunda mitad de la bajada, al llegar a la altura de una especie de cueva alargada (que queda a la izquierda, un poco más arriba de donde nos encontramos), sí está el sendero mejor definido, pero igualmente muy pedregoso y a veces escalonado.
Ya en la parte baja del Cerro Hacho, tras pasar por una valla, llegamos a un camino de arena en buen estado que cogemos a derecha y enseguida llegamos al pueblo, no sin antes hacer una parada y beber de una fuente de agua que queda a nuestra izquierda.
Desnivel acumulado: 870 metros (de subida y también de bajada).
Grado de dificultad: Difícil (por la corta pero muy fuerte pendientes de subida y la bajada por no haber sendero definido y de serlo en su segunda mitad, con mucha piedra, a veces escalonado).
Tiempo total: 7 horas con paradas mínimas y almuerzo.
Se recomienda hacerla en el sentido de las agujas del reloj, principalmente porque la subida más empinada no es pedregosa (es de tierra y yerba baja) y porque de hacerla al contrario, es más difícil visualizar el sendero pedregoso e interminable hacia arriba a veces muy pendiente y escalonado.
Imprescindible buen calzado de montaña.
De vez en cuando ve mirando hacia atrás, las vistas prácticamente en todo el recorrido son espectaculares.
Cogemos el sendero de ascenso suave, llegaremos a una valla cerrada que pasaremos por la izquierda, a pocos metros otra valla que podemos abrir (y dejamos cerrada), para entrar en un sendero de suave subida y después a un camino de tierra en buen estado. Vemos a la izquierda el cortijo de Pozuelo y algunas vacas sueltas, más adelante veremos un nacimiento de agua, un pozo y pilas de agua hechas de piedra.
Dejamos el camino y cogemos un sendero de subida, llegamos a un camino empedrado y con pequeños escalones “Escalera Árabe” que subimos y después se hace de nuevo sendero. Más adelante se bifurca el sendero, nosotros a la derecha (a la izquierda sería para ir a los Llanos de Líbar).
Llegaremos a una alambrada, la pasamos por un paso por valla y seguiremos ascendiendo pegados a la alambrada, terreno con muchas piedras y escalonado, hasta que giramos a derecha para acometer una “muy fuerte pendiente de subida” por un terreno liso de tierra y yerba baja. Una vez hemos terminado esta subida, giramos a izquierda y emprendemos otra subida esta vez por un sendero pedregoso de subida más suave. Más arriba giramos nuevamente a izquierda y ya vemos nuestro objetivo, el Pico Ventana, hemos de ir sorteando las grietas del suelo pedregoso hasta acometer la última y pequeña subida escalonada para llegar a la cumbre.
Aproximadamente la segunda mitad de la bajada, al llegar a la altura de una especie de cueva alargada (que queda a la izquierda, un poco más arriba de donde nos encontramos), sí está el sendero mejor definido, pero igualmente muy pedregoso y a veces escalonado.
Ya en la parte baja del Cerro Hacho, tras pasar por una valla, llegamos a un camino de arena en buen estado que cogemos a derecha y enseguida llegamos al pueblo, no sin antes hacer una parada y beber de una fuente de agua que queda a nuestra izquierda.
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