viernes, 22 de septiembre de 2017

III ULTRA TRAVESÍA DE RESISTENCIA GIBRALTAR-UBRIQUE

Desde Gibraltar, Reserva Natural del Peñón, hasta Ubrique, en el corazón del Parque Natural Sierra de Grazalema, desde el mar y la bahía hasta la montaña, una ruta de 100 kms. aproximadamente, que discurre en gran parte a través del GR7, que une Tarifa y Atenas, y que atraviesa andando a un buen ritmo de travesía y guiados por expertos ruteros, una gran parte de esta maravilla que tenemos en la provincias de Cádiz y Málaga que es el Parque Natural de los Alcornocales, declarado reserva de la Biosfera.
Esta travesía, cargada también de historia, enlaza las localidades de Gibraltar, La Línea de la Concepción, San Roque, Castellar, Jimena de la Frontera y Ubrique, transitando por antiguas veredas o caminos como la ruta de las "matuteras" o de los contrabandistas, que evocan épocas pasadas donde el medio de vida consistía en el mercadeo de productos de la colonia inglesa que escaseaban por estas sierras. 

















Lolo Manri:
Desde la primavera del pasado año, sin hacer una prueba de resistencia (Gran vuelta a Ceuta)...y mi amigo Manuel Castaño García, me envenena la sangre, para que lo acompañe a subir de Gibraltar a Ubrique.
No te digo ná. Noventa y cuatro kilómetros de nada.
Con salida prevista a las 20.30 del viernes día 22, y llegada sobre las 17.30- 18.00 del sábado. Pero el ministro de cultura gibraltareño, nos esperaba en la salida para alentar a los 160 participantes, claro que sin contar, que no pudimos cruzar la "airport line"...pues estuvimos cerca de una hora viendo salir al menos tres aviones. Lo cual hizo que la salida se diese a las 22.00 largas.
Con un ligero viento de levante (que de Tarifa pa allá es fresquito) y a esa hora, tocó ponerse al menos unos manguitos, que la bolsa del corredor traía. Un ritmo de 6 - 6,5km/h de comienzo, nos hacía sospechar que el tiempo perdido en el aeropuerto, lo íbamos a recuperar en la noche, antes que el Lorenzo se asomase...pero fue peor.
Una vez atravesada La Línea, primer avituallamiento, y tira millas pa San Roque y Campamento.
Por fin un respiro de media horita y algo contundente. Manolo se retira, no se encuentra bien. Pies a la fuente, vaselina y "en cinco minutos salimos". Mucho polvo cruzando el Pinar del rey, hacia la cultivada Almoraima con el buff hasta las orejas, buscando Castellar y tercer avituallamiento. Subiendo la calzada romana hacia el castillo de Castellar, subida de adrenalina...toda la costa de la Bahía de Algeciras a nuestros pies en la oscuridad de la noche. A pesar del viento a esa altura, sudor a raudales y espectáculo incomparable entre las murallas del castillo. Manolo nos espera con un calentito desayuno con tropezones y tó, y reanuda la marcha, después del bajonazo. ¡Qué grande es el "Perkins"!...
Los horarios del rutómetro, no se cumplían ni de coña, aunque ya se oía que teniamos recuperados cuarenta minutos. Un par de avtos más, y seguimos caminando bordeando la vía ferrea durante un largo trecho hacia Jimena.
Poquito a poco vamos apagando los frontales, conforme nos iba amaneciendo y lentamente vislumbrando los alrededores de Jimena de la Frontera allá en lo alto...tan alto como mi estado de ánimo cuando amanece, y te ves rodeado de tanta belleza.
Del tirón pa la ambulancia, sin desayunar ni ná...dos ampollitas me estaban jodiendo bien, pero los "señores" sanitarios estaban desayunando,...luego desayuné en el suelo a pie de ambulancia, para no perder la vez.
Increíble pero cierto...después de 56 kilómetros de mucho camino y mucha piedra, un cuarto de hora esperando que te curen dos ampollas en cinco minutos y el rutero dando por culo el tío "que nos vamos, que nos vamos"...y sorpresa... mis tres compañeros de club se retiran.
Evidente, la paliza por recuperar la hora y media de retraso ha sido dura. Más de cincuenta kilómetros en la noche, con la visibilidad de un triste frontal y tanta piedra, castiga mucho...pero yo estaba pletórico, tan solo un poco cansado y con la energía que me da ver amanecer...yo quería seguir, a pesar de las voces de alguno diciendo. “son catorce kilómetros de subida continua, no hay escapes, no hay avtos...el que se quiera retirar, que lo haga ahora". ¡Pa Cagarse!
Nos quedaban treinta y ocho kilómetros aún, y entre ocho y nueve horas de camino, pero el ecuador de la prueba, estaba superado así que no lo pensé mucho, y le hice más caso a mi corazón, que a mi cabeza y mis piernas...tira Manué.
En catorce km. una subida de quinientos metros...tampoco era tanto...afortunadamente me encontré saliendo de Jimena a un viejo conocido de mil y una travesías, y que la hizo el año anterior, contándome que en realidad los cuatro o cinco primeros kms. Eran los peores y que luego venían unos toboganes más llevaderos, atravesando un senderito por una pinaleta que se divisaba en el horizonte.
Como decía mi padre...la suerte está pa el que la encuentra, no pa el que la busca.
Llegué al octavo avituallamiento. km. setenta exhausto y con una molestia generosa en la cabeza del fémur izquierdo, debido a ir esos últimos kms. Pisando mal por el dolor de ampollas, que ya no eran dos sino cuatro. Casi me monto en el Land Rover. Esta vez pudo más mi orgullo, que mi corazón mi cabeza y mis piernas...me harté de gazpacho, queso payoyo y sandía y me casqué dos ibuprofenos de 400 mlg, vaselina y cambio de calcetines y tira Manué, y van dos.
Los diez kms hasta Los Charcones me terminaron de rematar...no había escuchado ni música en esos ochenta kms...esos doscientos metros de subida por carriles a pleno sol fueron de lo peor que recuerdo, pero ya casi se divisaba el Mojón de la Víbora y el resto era bajada hasta Ubrique...me quedaban entonces diez- doce kms, y ya me veía entrando en Ubrique, pero saboreando previamente una Cruzcampo en la bajada del Mortirolo.
P.D. Esos ocres y amarillos de Jabugo y Aracena me esperan. Salud.






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